Cómo contar buenas historias: apuntes para sumergirse en el maravilloso mundo de las crónicas
a cargo de Tali Goldman (ARG)

«No se nace escritor, se nace bebé.» – Hebe Uhart
«Si quieres ser escritor, lo primero es hacer dos cosas: leer mucho y escribir mucho.» – Stephen King, Mientras escribo
Estas dos frases condensan el espíritu de este taller teórico práctico intensivo. Por un lado, Hebe Uhart nos recuerda con ternura que la escritura, como cualquier otro oficio, se aprende: nadie nace sabiendo. Por el otro, Stephen King señala las dos herramientas fundamentales para desarrollarse como escritor: la lectura y la escritura. Desde este lugar, pensamos la escritura en general, pero la de no ficción en particular, como un oficio. Y como todo oficio —amasar pan, coser una camisa, lustrar una bota— requiere método, práctica y tiempo. No hay fórmulas mágicas ni decálogos infalibles. Pero sí hay una caja de herramientas que se puede afilar: la observación, la escucha atenta, la lectura activa, la mirada sensible.
¿Es posible enseñar a contar buenas historias? Creo que sí. Pero solo si se hace de manera colectiva. Aunque muchas veces se piensa la escritura como una tarea solitaria, escribir también es un acto profundamente social: desde que existen los otros como personajes, como fuentes, como testigos, como interlocutores. Desde que leemos lo que otros escribieron, y lo leemos con preguntas, con ganas de aprender y de dialogar.
Contenidos:
Primer encuentro: ¿Qué es la no ficción? ¿De qué está hecha? ¿Cuál es su materia prima? La escena como unidad de trabajo
La no ficción es un territorio amplio y fértil. No hay nada para inventar, sino narrar lo que sucedió —o lo que está sucediendo— con una mirada aguda, sensible y rigurosa. Es decir, desde un punto de vista.
En este encuentro, vamos a entender la escena como una unidad fundamental del relato. Narrar en escena implica trasladar al lector al centro de la acción: que vea, escuche, huela, perciba. Que sienta que está ahí. La escena permite mostrar en vez de decir, y esa diferencia transforma la información en experiencia.
Segundo encuentro: La musa inspiradora no existe
En este encuentro vamos a explorar dónde y cómo buscar historias, entendiendo que cualquier historia puede ser contada si encontramos su singularidad y su potencia. No se trata de la magnitud del tema, sino de la mirada con la que se lo aborda. Una historia mínima puede volverse inolvidable; una historia espectacular puede perderse si no se sabe contar.
También abordaremos qué tipo de entrevistas hacer y cómo prepararlas cuando el objetivo es construir un perfil. No se trata solo de recolectar información, sino de buscar lo invisible, aquello que el personaje no dice, pero que está en sus gestos, en sus silencios, en el modo en que se mueve o recuerda.
Viernes 15 de agosto de 18:00 a 21:00
Sábado 16 de agosto de 16:00 a 19:00
Precio: UYU 2.700
Taller presencial. Cupos limitados.
Tali Goldman (Buenos Aires, 1987). Es licenciada en Ciencias Políticas por la Universidad de Buenos Aires y magíster en Escritura Creativa por la Universidad Nacional de Tres de Febrero. Trabaja como periodista desde hace más de diez años en diferentes medios. Actualmente es colaboradora de las revistas Gatopardo y Anfibia, entre otras. En 2018 publicó La Marea sindical. Mujeres y gremios en la nueva era feminista (Editorial Octubre), con el que ganó el premio de la escuela de periodismo Taller Escuela Agencia (TEA) en la categoría crónica periodística. Es autora del libro de cuentos Larga Distancia (editorial Concreto) por el que obtuvo una mención especial en 2022 en los premios nacionales que otorgó por el Ministerio de Cultura. Publicó un perfil de Diego Maradona en el libro Ídolos (Editorial UDP), que editó Leila Guerriero. Acaba de publicar Cómo se puede querer tanto a alguien (editorial Paisanita). Esa crónica resultó ganadora del concurso por los diez años de La Agenda.

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Espía de la cotidianidad y cronista de los pequeños detalles, Hebe Uhart fue tan viajera como escritora. En sus Crónicas viajeras recorre Argentina, Uruguay, Brasil y Perú a través de pueblos tan recónditos como «accidentados». Entre estos, Rosario Lázaro Igoa elige Conchillas, una población en el Departamento de Colonia hasta la que nos invita a pasear.