Álbum de creación: Casa de Balneario

Hice los primeros dibujos de Casa de Balneario para reírme de mí mismo, tomando el asunto con humor, pero también señalando los problemas que estaba atravesando: el doble trabajo, el consumo irracional, el pago constante y sonante de cuentas, el trabajar para alquilar.

Durante un año pegué los dibujos que hice en formato de stickers sobre columnas, baños, paredes, pero después empecé a pegarlos en tamaño a4 con engrudo. Siempre me interesó el arte urbano y la ciudad como soporte para la expresión o el pronunciamiento, y por eso decidí pegar en los muros de Montevideo, la ciudad en donde vivo. La pegatina y la edición también involucran a diferentes protagonistas, ya que a veces se envían los archivos por correo y se imprimen y pegan en países como Argentina, México, España y Alemania.

Al mismo tiempo, los dibujos empezaron a circular y difundirse en diferentes formatos y soportes: fanzines, animaciones, reels, exposiciones, galerías. Los soportes son diversos y las vías de difusión también. Los dibujos circularon en la calle y en las redes, pero también se los apropiaron diferentes colectivos o agrupaciones sociales y culturales de Uruguay y el exterior.

Las redes son y fueron un registro fundamental de nuestro trabajo: las intervenciones y las exposiciones en lugares determinados también nos permiten llegar a la gente que no vive en Montevideo y que no se puede cruzar con las pegas en la calle.

Casa de Balneario está presente también en los muros de otras ciudades a las que he ido o en las que viven otros integrantes del proyecto: Buenos Aires, Barcelona, Berlín y Ciudad de México.

Tres son los temas de Casa de Balneario: el trabajo, el precio del alquiler y el consumismo; en torno a estos ejes temáticos dibujo siempre, buscando perspectivas diferentes de cada tema. Intento señalar algún aspecto de estas temáticas que me parece interesante, gracioso o contradictorio. Fue así que hace un año surgió la idea de recopilar una selección de los dibujos en un libro.

Dibujé una tapa que a mí me parecía una «obra de arte» pero (¡¡para mi sorpresa!!) no le gustó a Darío, el editor, porque su idea y su propuesta, con la que estuve de acuerdo de inmediato, fue que la tapa fuera un póster más; incluso me propuso usar como tapa un cartel ya realizado y pegado.

A mí me interesó el desafío y me concentré en hacer otra tapa que fuera también un cartel, un póster más en la colección del interior del libro. Quisimos crear una continuidad entre tapa e interior. La intención fue, y es, ofrecer una colección de los dibujos, sin explicaciones, sin prólogos, sin demasiados paratextos.

Por eso surgió este título: Trabajo para alquilar, en el que se mencionan dos de los temas más importantes de Casa de Balneario. Y la elección del título determinó, a su vez, la selección de los carteles: quedaron afuera del libro todos los dibujos relacionados al consumismo, a la felicidad y al dinero. A su vez, desde el comienzo, me importó generar una unidad formal entre los diferentes dibujos. Por eso, y casi sin darme cuenta, seleccioné ilustraciones con cierta tipografía similar (letra imprenta, mayúsculas en general), y esto me alejó del criterio cómodo o fácil de elegir los mejores para integrar la colección.

Siguiendo el criterio temático y formal, pude incluir en el libro dibujos un poco «olvidados» o no tan «vendidos» o «pegados», pero no por eso, a mi entender, menos interesantes. También quisimos agregar dibujos nuevos y sumé nuevos diseños. La idea es que el lector encuentre dibujos conocidos o que ha visto pegados en la calle, pero también ofrecer material nuevo para volver el volumen más interesante.