1. Además de empezar la dieta un lunes, hay un error muy común que es el leísmo. A veces queremos parecer más finos (algo muy normal cuando iniciamos la dieta) y decimos, por ejemplo, «les invitamos» o «le invitamos» cuando deberíamos decir «los invitamos» o «lo invitamos». Esta elección nos aleja de toda fineza y altera la naturaleza del objeto (lo es objeto directo y le es indirecto). En este asunto, la mejor receta es escribir como hablamos.
   
   
2. No conviene abusar del ejercicio y mucho menos se puede abusar de lo cual, la cual, que se puso tan de moda como el crossfit. La mayoría de las veces, recordá, queda mejor un simple que y evitar el rebuscamiento. No sabemos cómo desestimular el abuso de lo cual, los cuales, la cual, las cuales, así que aquí te proponemos que hagas treinta minutos de cardio la segunda vez que apeles a ellos en un texto. Si decidís empezar una oración con esa expresión, que sean sesenta.
3. El momento de comer tiene que tener un punto final, pero cuidado con ponérselo a los títulos y subtítulos. Tampoco pongas punto después de un signo de cierre de una exclamación o interrogación. La sobredosis de puntuación hace que el texto gane grasa.
   *—¿Qué me dices de esto?. ¡Es tan común y queda tan feo!

4. El último consejo es restringir los adjetivos. En vez de usar dos que dicen más o menos lo mismo («fácil y fluido»; «eficaz y eficiente») elige uno. Adjetivos con mucha moderación, por favor.

¿Tenés dudas existenciales acerca de nuestro idioma que te quitan el sueño?

Escribiles a Silvana y María Eugenia a cuestiondepalabras@escaramuza.com.uy