cuestión de palabras
Como te digo una cosa...
Por Silvana Tanzi / Martes 27 de marzo de 2018
Foto: Mauro Martella
A una amiga le llegó por correo electrónico una publicidad con este anuncio: «Técnicas de respiración para eliminar el stress en Carrasco». Enseguida me lo reenvió con este asunto: «Brote de stress en Carrasco».
Este tipo de ambigüedad no es intencional (porque hay otras en las que la doble interpretación es buscada), sino que se cuela en la escritura cuando le damos un orden equivocado a los elementos de la oración. En este ejemplo, se podría haber eliminado ubicando Carrasco en otro lugar, entonces nadie pensaría que la gente anda por allí con ojos desorbitados. Por ejemplo: «En Carrasco: Técnicas de respiración para eliminar el stress» o «Técnicas de respiración en Carrasco para eliminar el stress». De paso, como tantas palabras extranjeras de uso común, stress está castellanizada. Entonces es mejor escribir estrés.
Con frecuencia, en los titulares de los medios aparecen ambigüedades, y a veces pueden dar lugar a equívocos serios. Este apareció en 2011en un diario:
«Denunciaron otras seis violaciones en seccional de Salinas».
Solo al leer la noticia quedaba claro que en la seccional de Salinas se habían hecho las denuncias, pero a los policías locales no les habrá hecho mucha gracia el titular.
Otro ejemplo:
«El deportista declaró que había ingerido sustancias prohibidas repetidamente».
Tal como está, la frase da lugar a dos interpretaciones:
- Se drogaba sin parar: «El deportista declaró que había ingerido repetidamente sustancias prohibidas».
- Lo dijo muchas veces: «El deportista declaró repetidamente que había ingerido sustancias prohibidas».
A veces, las ambigüedades son graciosas, como la que aparece en la promoción de este jabón, especial para «niños hipopótamo». Además de lo absurdo, el abuso de mayúsculas es un horror. Creo que este jabón no tendrá ningún éxito.