FENOMENOLOGIA DE LA DONACION DE JEAN-LUC
ERIC POMMIER
UYU 980
UYU 833

UYU 735
Pre-order
Temática:
Editorial: PROMETEO
Cantidad de páginas: 200
Peso: 400g
ISBN: 9789875748521
Dimensiones: 23 x 15.2
Jean-Luc Marion se distingue por su método de investigación que hereda tanto del estilo fenomenológico como de su formación en la escuela francesa.
Por oposición al método analítico, no se trata para él de dedicarse al análisis gratuito de tal o cual concepto, de desarrollar una argumentación por sí misma, de comentar un texto sin tomar en cuenta el sistema completo de un determinado autor, utilizándolo solamente como pretexto para elaborar una interpretación brillante y original, pero falsa. No obstante, esto no nos debe llevar a la conclusión que Marion es un mero historiador de la filosofía, como si su meta consistiera en restituir el sentido verdadero de la obra de Descartes o de Husserl. Él se dedica más bien a la descripción de las cosas mismas. Se ciñe a respetar el rigor de las cosas sin imponerles categorías abstractas o explicaciones exteriores. Es así como él se apoya de manera argumentada sobre la historia de la filosofía para desarrollar una filosofía propia cuya meta consiste en recordarnos la existencia de las cosas. De hecho, ahora más que nunca, vivimos en un mundo de objetos utilizables que la época de la técnica nos impone. Nosotros mismos nos transformamos en herramientas. Hablamos de productividad, buscamos la eficiencia, queremos aumentar el rendimiento. Todo eso no es el fruto de un progreso, el resultado del esfuerzo y del libre desempeño del hombre. Es un tipo de tiranía que tiene causas profundas que Heidegger ya había vislumbrado. Por esta razón se necesita un trabajo filosófico particular, para regresar a un mundo más originario, el de las cosas hacia las cuales tenemos un acceso cada vez más difícil. El rol del filósofo, el propio don del filósofo Marion, consiste precisamente en ayudarnos a recordar las cosas, en hacerlas salir del olvido.
Por oposición al método analítico, no se trata para él de dedicarse al análisis gratuito de tal o cual concepto, de desarrollar una argumentación por sí misma, de comentar un texto sin tomar en cuenta el sistema completo de un determinado autor, utilizándolo solamente como pretexto para elaborar una interpretación brillante y original, pero falsa. No obstante, esto no nos debe llevar a la conclusión que Marion es un mero historiador de la filosofía, como si su meta consistiera en restituir el sentido verdadero de la obra de Descartes o de Husserl. Él se dedica más bien a la descripción de las cosas mismas. Se ciñe a respetar el rigor de las cosas sin imponerles categorías abstractas o explicaciones exteriores. Es así como él se apoya de manera argumentada sobre la historia de la filosofía para desarrollar una filosofía propia cuya meta consiste en recordarnos la existencia de las cosas. De hecho, ahora más que nunca, vivimos en un mundo de objetos utilizables que la época de la técnica nos impone. Nosotros mismos nos transformamos en herramientas. Hablamos de productividad, buscamos la eficiencia, queremos aumentar el rendimiento. Todo eso no es el fruto de un progreso, el resultado del esfuerzo y del libre desempeño del hombre. Es un tipo de tiranía que tiene causas profundas que Heidegger ya había vislumbrado. Por esta razón se necesita un trabajo filosófico particular, para regresar a un mundo más originario, el de las cosas hacia las cuales tenemos un acceso cada vez más difícil. El rol del filósofo, el propio don del filósofo Marion, consiste precisamente en ayudarnos a recordar las cosas, en hacerlas salir del olvido.
Editorial:
Cantidad
-
+
Agregar al carrito
Guardar en favoritos