Recetarios para aspirante a chef
Amasa tu corazón
Por Escaramuza / Martes 03 de agosto de 2021
Ilustración de Matías Acosta en «Masa madre», de Natacha Ortega y Matías Acosta (2021)
Amasar el corazón, hacer de la cocina un mundo o endulzar las emociones, son algunas de las propuestas que incluyen los tres recetarios para niñas y niños que recomendamos: libros para que pequeños y pequeñas aspirantes a chef puedan ir armando su propia biblioteca de recetas.
La cocina se abre ante nosotros como un lugar cautivador, impredecible a veces, una habitación de juego en la que cada cajón, estante o mueble contiene instrumentos para rallar, batir, aplastar, mezclar, decorar, hornear. Frutas y verduras de muchos colores que estallan al abrir la heladera, ingredientes muy fríos que sacamos del freezer, aceitunas, pickles y mermeladas que encontramos conservadas en botes de cristal en la alacena y, sobre todo, las olorosas especias que le dan color y sabor a nuestras preparaciones. Para los pequeños y pequeñas aspirantes a chef, hemos preparado una selección de tres libros de cocina con los que pueden ejercitar los cinco sentidos, amasar las emociones y jugar con altas dosis de creatividad en la cocina.
Amasa tu corazón
Entramos en la panadería de la escritora, comunicadora y educadora Natacha Ortega y en sus estanterías descubrimos esponjosos panes de campo, alargadas y delgadas barras de pan francés (las famosas baguettes), panes de colores y otros con formas de elefante o unicornio, incluso un gato que nos mira. Junto a ellos, otra de sus creaciones, el libro Masa madre.
Masa madre es un libro-canción, un recetario ilustrado por Matías Acosta, en el que Doña Pelusa (madre de la autora), con su matecito matutino, «parte y comparte» la receta para conseguir los mejores panes: harina, una pizca de sal, levadura, agua tibia y una cucharadita de azúcar. Es muy importante no olvidar la última cucharadita de azúcar para que la levadura despliegue todo su potencial y haga crecer nuestros panes. Por último, un ingrediente imprescindible que podemos agregar mientras la masa engorda o nuestras creaciones se hornean, es la música. Nuestras canciones preferidas o el poema-canción «Amasa tu corazón», que Natacha y su compañero Mauricio Gelardi, a la guitarra, nos proponen para que además de nuestros panes, leude con ellos nuestro corazón.
Pronto sentiremos el olor del pan recién horneado para invitar a amigas, amigos, abuelas, abuelos (y a quienes queramos mucho) a merendar.
Mi mundo la cocina
Amarillo limón el sol es un manual para cocinar con niños y niñas a partir de tres años, escrito por Eloise Alemany e ilustrado por Johanna Wilhelm. Sin embargo, este libro no empieza en la cocina sino mucho antes: en elegir los ingredientes, saber dónde conseguirlos y en qué estación, en conocer los instrumentos que hay en la cocina, sus funciones y riesgos están las claves para una buena preparación.
Las autoras proponen desde el inicio del libro la cocina como un espacio creativo y de juego en el que imaginar, investigar y experimentar, pero sin olvidar nunca el carácter riguroso y ordenado del espacio. Si se nos derrama jugo o se cae un huevo, limpiar también es parte del proceso.
Con más de cincuenta recetas presentadas a partir de técnicas básicas como lavar, medir, mezclar, batir, amasar, hornear y adornar entre otras, niñas y niños podrán divertirse y deleitar a sus invitadas e invitados con postres, acompañamientos, entradas y platos sustanciosos. Nuestro menú de hoy: bolitas de arroz japonesas con sorpresa, barquitos de huevos rellenos («para viajas por el plato y sus alrededores») y palitos de banana helados, con chocolate, coco y frutos secos, como más nos gustan.
La vida a cucharadas
Este no es un libro de cocina al uso: en el no encontraremos ricos postres o instrucciones para hacer sandwichitos, pizzetas o variados jugos. Recetas de lluvia y azúcar, con textos de Eva Manzano e ilustraciones de Mónica Gutiérrez Serna, está publicado en una bellísima edición en cartoné y papel reciclado, sugerido para chefs a partir de ocho años. Si amasamos nuestro corazón y ya definimos el menú de nuestro próximo almuerzo, con este recetario endulzaremos las emociones previamente removidas.
A través de sus páginas encontramos al miedo, un sentimiento asustadizo que se transformó cueva, pero que si lo acompañan la lógica y la sensatez, nos protege. Para perderlo, necesitaremos lágrimas de fantasma, rugidos de león, melancolía de ogro, cantar en voz alta y una rebanada de mermelada. El cariño, por ejemplo, está en todos los jardines, y si alguna vez se esconde, podemos invocarlo con más cariño: bocadillos de abrazos y cajitas de caricias que se venden en las farmacias (las hay de tamaño familiar). Y tras cocinar empatía, hornear la confianza y batir la timidez, encontramos la receta para la felicidad: una tortilla con seis huevos de vaca y un pollo volando, cacareos del cocinero o cocinera, sal agregada a distancia, y alegres zapateos mientras le damos la vuelta. Quedan todos invitados a probarla.
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