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Dramaturgia

Imprenteros: obra y libro

Por Escaramuza / Miércoles 30 de noviembre de 2022

Lorena Vega es actriz, directora y dramaturga. La obra Imprenteros, que escribió y dirigió, ha tenido una enorme respuesta del público en Argentina. Hoy 30 de noviembre Lorena presenta el libro Imprenteros, escrito junto a sus hermanos, en Escaramuza, en lo que será una noche de cruces entre lenguajes, historias y performance. 

Primero fue una obra. «Imprenteros es un hecho escénico que intenta revisar el lugar perdido por tres hermanos. Aquella imprenta del conurbano bonaerense donde se criaron rodeados de papeles, tintas, etiquetas, envases y guillotinas, les fue arrebatada y no podrán volver luego de la muerte de su padre. Con papeles, carpetas, folletos, mapas, bailes, y fotos se intentará trazar un hilo que hilvane los sucesos que en desgracia llevaron a la imprenta a su desaparición». Ahora ese hecho se ha transformado en un libro por la editorial Documenta/Escénicas, que tiene uno de los catálogos más innovadores en dramaturgia del Río de la Plata. Sobre el pasaje de una forma artísitica a otra, conversamos con Lorena Vega. 


¿Cambia el pacto con la historia familiar y lo documental en el pasaje de la obra al libro? Si es así, ¿en qué sentidos? 

El libro es una pieza trabajada a lo largo de tres años de modo consciente. Pienso que quizás tenga una cocción anterior de más tiempo, pero de un modo inconsciente que no sabíamos o no lográbamos percibir antes. El nacimiento como libro es reciente, desde agosto, y es un tiempo acotado para sacar conclusiones. Sí es suficiente para decir que el libro cambia cosas, que genera un movimiento y una modificación en la historia familiar muy fuerte. En principio porque es un grupo familiar que no tiene una experiencia previa haciendo algo así, contando su propia historia en estos términos: primero en una obra y luego en un libro. El libro es una entidad viva que empieza a tener sus propios devenires. Nos trajo alegrías, experiencias nuevas, nos regaló un vínculo familiar nuevo al tener que pensar esta pieza, tanto entre les hermanes como con el equipo de la editorial Documenta/Escénicas, con Gabriel Halac a la cabeza. Y todo eso fue fructífero, renovador y estimulante.   


¿Hubo otros libros que hayan sido fundamentales en el proceso creativo de la obra y luego en la edición del libro con Documenta/Escénicas? 

Los libros que fueron inspiradores fueron El salto de papá, de Martín Sivak; Twin Otter T-87, de Malen y Suyai Otaño, también un libro hecho por hermanas; Inundación, de Eugenia Almeida; y El viaje inútil, de Camila Sosa Villada. No es casual que los últimos tres sean de Documenta, la misma editorial por la que se editó de Imprenteros, una editorial que nos representa por su trabajo minucioso entre la literatura y el teatro; por su mirada antropológica y sensible en relación a las capas que tienen los discursos en primera persona; por los trabajos sobre memoria y vinculares. La verdad es que en cada caso las inspiraciones y las formas de cada voz en esos libros fueron momentos decisivos en la cocción, incluso mucho antes de saber que íbamos a hacer un libro.Por ejemplo, todos, excepto Twin Otter, fueron libros de lectura previa a decidir hacer Imprenteros. En el caso de Twin Otter, fue bastante inspirador y guía una vez que estábamos embarcados en el libro. Nos gustaba cómo se tejía el relato familiar y, siendo de la misma editorial, en la propuesta de Gabi Halac estaba la idea de que fueran libros hermanados para narrar el trabajo de búsqueda en la propia historia.


¿Cómo se construye la coautoría de «y hermanos» en el título del libro? ¿Podrías explicar cómo ha sido este vínculo en la escena y en la escritura?

El vínculo en la escena con mis hermanos es diferente al que tuvimos en relación al libro. Son experiencias diferentes, en diferentes momentos nuestros y sumamente enriquecedoras. La primera fue más casual, con menos plan, menos expectativas. Las dos tienen mucha entrega, pero al crear la obra, no tenía para nada definido el horizonte ni el alcance que podía tener ese material. Por el contrario, se trataba de cumplir con cuatro funciones en un espacio experimental y no mucho más. Sí había deseo e interés de hacer ese trabajo con profundidad y compromiso. Cada uno de mis hermanosa, cada uno de distinto modo, se sumaron a la experiencia con mucha confianza y a favor de poder ayudarme y de vivirlo lo mejor posible. Ya en el caso del libro, fue un proyecto desde el vamos generado por los tres, tomando decisiones en conjunto, pensando la forma, los materiales, la manera de conseguir los recursos. Todo fue más decidido en conjunto desde el trío de hermano y fue una experiencia nueva que nos da satisfacción y enriqueció los vínculos en este momento de hermanos adultos que estamos viviendo. 


Imprenteros es una indagación en los linajes y los oficios familiares, particularmente el de los imprenteros. ¿Qué significa justamente la impresión de esta nueva fase de la indagación? 

Esta nueva fase de la indagación, la de imprenteros pudiendo imprimir la propia historia, el guion y otros materiales y relatos ligados a la historia familiar, es un momento especial, una capa profunda porque ingresamos a una imprenta, donde hace veinticinco años trabaja Sergio Vega, nuestro hermano menor. Esta imprenta nos abrió las puertas para llevar a cabo una acción que no estaba a nuestro alcance. Justamente, todo el relato empieza cuando de manera arbitraria perdemos el acceso a la imprenta de nuestro padre, que era su casa de infancia y la nuestra también. Esa pérdida del espacio de infancia, que primero es revisitada a través de la obra y luego del libro, tiene una instancia fundamental que es la impresión del libro, es poder estar de nuevo entre las máquinas, con los papeles, decidiendo colores, pensando los gramajes, haciendo la tarea artesanal/ lúdica/ industrial que tiene que ver con ese trabajo que está en nuestro campo failiar. Poder ejercer el trabajo con deseo y tener las puertas abiertas de mucha gente y espacios para concretarlo da una emoción muy grande y demuestra que el mundo tiene cosas fabulosas para ofrecer.


¿Se podría decir que Imprenteros es un ajuste de cuentas o una reconciliación?

Yo no podría definir si Imprenteros es un ajuste de cuentas o una reconciliación. Es un hecho artístico y, como tal, su acción fundamental es que cada quien asista y lo comparta haga su propia experiencia y lectura. Cuenta una historia personal en primera persona, pero que es la historia de muchas, de muchos. En ese sentido, cada quien la lee con sus propios ojos y su propia impronta. Hacia lo familiar y lo personal, es algo que cambió el curso de nuestra propia historia, porque nos permitió escucharnos, escuchar diferentes versiones, vernos de otro modo y revisitar aquellos lugares que tienen un mismo modo de sonar y al estar en escena suenan de otro modo. 


Hoy miércoles 30 de noviembre a las 21:00 en Escaramuza la actriz y dramaturga argentina conversa con José Miguel Onaindia en el patio de nuestra casa. Cierre de la noche con lecturas performáticas junto a la actriz Mané Perez y el actor Leandro Stivelman.

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