Difusión
Leé un fragmento de «Manual de parapsicología» de Mario Levrero
Por Escaramuza / Lunes 23 de diciembre de 2019
Compartimos un fragmento del Manual de parapsicologia, de Mario Levrero (Criatura, 2019), un texto publicado en 1978 que tuvo muy poca circulación en su momento. Con prólogo del investigador Matías Núñez, este tratado didáctico describe y cataloga todo tipo de fenómenos parapsicológicos y es parte fundamental para entender algunos de los acontecimientos de la ficción y el mundo creativo del autor: la dimensión Levrero.
Mario Levrero (Montevideo, 1940-2004) es uno de los autores más relevantes de la narrativa hispanoamericana contemporánea. Trabajó como librero, guionista de cómics, humorista, creador de juegos de ingenio y crucigramas, impartió míticos talleres de escritura creativa y es autor de una amplia obra literaria que abarca el cuento, la novela y comprende incluso este Manual de parapsicología. En el año 2000 obtuvo una beca Guggenheim, que resultó en la publicación póstuma de su obra consagratoria, La novela luminosa (2005).
Prólogo
Este manual quiere ser una guía para la orientación de aquellas personas que deseen iniciarse en el estudio de la Parapsicología. Ha sido diseñado sobre el esquema de lo que podría ser un texto de enseñanza secundaria, tratando de evitar el sensacionalismo e incluso la emotividad que suelen acompañar al tema. Se han suprimido en lo posible referencias a casos concretos, elucubraciones filosóficas y discusiones con otros autores. Nos hemos ubicado en el punto de vista que creemos más amplio, que abarca la totalidad de los fenómenos y, no obstante una ordenación más bien personal de los temas y una cierta elaboración inevitablemente personal, nos hemos guiado fundamentalmente por los materiales del CLAP (Centro Latino Americano de Parapsicología) y más exactamente de su director, el conocido parapsicólogo Óscar González-Quevedo. Hemos dejado de lado el factor religioso y, en general, hemos tratado de ceñirnos al punto de vista exclusivamente científico, tanto como podría serlo el de un libro de Química o de Física. Desde luego, la profundización en cada uno de los temas corre por cuenta del lector, quien dispone al final del texto de una bibliografía, breve pero bastante completa.
Otro propósito del manual es dirigirse a aquellas personas que, conociendo el tema, necesitan refrescar sus conocimientos de una manera rápida y sintética.
Advertencia
Este manual debió ser en realidad un curso por correspondencia, pero la idea planteaba algunas dificultades prácticas por ahora insalvables. De todos modos, recomendamos al lector que, al menos en una primera lectura, maneje el manual como si fuera ese curso: no pase a un numeral sin haber comprendido bien el anterior y, sobre todo, descanse con frecuencia cambiando de actividad. La mayoría de los párrafos numerados contienen una información muy condensada que de ninguna manera puede asimilarse rápidamente. Nada más lejos de nuestro propósito que provocar una «indigestión» al lector. Hemos colocado nuevas advertencias en distintos lugares del texto, invitando a suspender la lectura y cambiar de actividad. Si en algún momento se siente inquieto o con alguna clase de malestar, no espere a llegar a estas advertencias, y suspenda por un tiempo prudencial. Trate de evitar las referencias personales y de no investigar en usted mismo. Hacia el final hay un apéndice con nociones de psicohigiene, que conviene consultar durante la lectura.
Primera parte
El hombre y sus facultades inconscientes
Capítulo primero
Generalidades. El Inconsciente. Los sujetos. Las mancia
Generalidades
1.1. Definición.
Hemos optado por una definición amplia, que contempla investigaciones de distintas escuelas. Hay, desde luego, muchas otras posibles. Esta que elegimos tiene, además, la virtud de expresarse en un lenguaje accesible al lector que recién se inicia en el tema:
La Parapsicología es la ciencia que tiene por objeto la comprobación y el análisis de los fenómenos aparentemente inexplicables que pueden ser resultado de las facultades humanas.
Para-Psicología significa, etimológicamente, ‘junto a’, ‘al lado de la psicología’. Ya su nombre está indicando que trata de fenómenos humanos. Pero también se estudian otros fenómenos aparentemente inexplicables para saber si se deben o no a facultades humanas, es decir, para saber si finalmente serán o no incluidos como objeto de estudio. Ciencia, porque cumple con los requisitos exigidos para que sea considerada tal, según resolvió por unanimidad el congreso que tuvo lugar en Utrecht, Holanda, en 1953. Esta resolución de más de sesenta autoridades de distintas disciplinas (médicos, psicólogos, matemáticos, filósofos, etc.) favoreció el florecimiento de distintas cátedras privadas y oficiales en ámbitos universitarios de todo el mundo, y en especial en los países más avanzados tecnológicamente.
El Inconsciente y sus facultades
1.2. Noción de Inconsciente.
Podría decirse que «la Parapsicología es la ciencia que estudia los fenómenos del Inconsciente». Para ello deberíamos definir a este Inconsciente, lo cual no es fácil ni parece por ahora posible.
El término inconsciente proviene de la Psicología, y hace tiempo ya que los propios psicólogos vienen señalando que no es un término apropiado, sobre todo en la forma de sustantivo. Como adjetivo, aludiendo a procesos o acciones de los cuales «yo no soy consciente», podría ser menos arbitrario. A lo largo de nuestro manual tendremos que ir señalando, lamentablemente con demasiada frecuencia, la poca propiedad de muchos términos que utiliza la Parapsicología.
Para el psicólogo Charles Baudouin, inconsciente es «el margen en que la conducta desborda la conciencia». Para Huisman y Vergez, «la distancia que hay entre la interpretación ingenua que doy a mis actos y su significación verdadera».
Tenemos el hábito, herencia de cierta cultura, de pensar en nosotros mismos como seres exclusivamente racionales; rechazamos, negamos, no conocemos ni queremos conocer todo lo que en nosotros puede tener un tinte irracional, animal, instintivo. Solo a partir de Freud, comienza a integrarse como propia y humana esta parte de nuestro ser, de la cual no somos conscientes. Pero todavía, en Psicología, se acostumbra identificar el yo con la parte consciente y voluntaria del individuo, sepultando de nuevo a lo inconsciente en una especie de no-yo, algo ajeno, exterior. Jung advierte la «conciencia» de «lo inconsciente», y muchas veces prefiere el término alma, sin su significación religiosa, para referirse a este «sujeto» que protagoniza la vida llamada inconsciente.
Se habla también de subconsciente y hasta de transconsciente, a riesgo de incrementar el error y atomizar cada vez más la unidad psicofísica que es el ser humano. En este manual no tenemos más remedio que eludir el problema, limitándonos a dar una precisión del sentido con que utilizamos estos términos:
- inconsciente, con minúscula y como adjetivo, para referirnos a procesos, facultades y fenómenos que no dependen de la conciencia;
- subconsciente, para referirnos a procesos, facultades y fenómenos inconscientes que podemos hacer conscientes en forma más o menos voluntaria; e
- Inconsciente, con mayúscula y como sustantivo, para referirnos a la causa habitual de los fenómenos parapsicológicos. (Es decir, el ser humano en sus aspectos más difíciles de conocer.)
1.3. Hiperestesia inconsciente.
Hiperestesia significa ‘exaltación de la sensibilidad’. Del mismo modo que ciertas mariposas macho son atraídas por la hembra en celo desde muchos kilómetros de distancia, o que un perro entrenado para la caza muestra una sensibilidad olfativa extraordinaria, también un artista suele advertir matices (de color, sonido, etc.) completamente indiferentes para otras personas, y un hombre de mar distinguir objetos a distancias que nuestra visión normal no alcanza. Estas son algunas formas habituales de hiperestesia.
El lector puede comprobar por sí mismo que la atención concentrada sobre cualquier objeto puede hacerlo aparecer con mayor nitidez, incluso como más cercano o más grande. Al entornar o cerrar los ojos para apreciar la música, estamos evitando la distracción visual para concentrar la atención en la captación auditiva. Esas son también formas más o menos habituales de hiperestesia.
Mientras se lee un libro, todos los sentidos siguen siendo impresionados (por los ruidos de la calle, el contacto del cuerpo con la silla, el frío o el calor, el ritmo de la propia respiración, etc.); sin embargo, no se es consciente de estos registros sensoriales a menos que se desee, enfocando en ellos la atención. Podríamos hablar, entonces, de una percepción inconsciente o subconsciente.
Hay, sin embargo, estímulos de tan baja intensidad que no pueden hacerse voluntariamente perceptibles. Por más que se preste la mayor atención, no podrá escucharse el tic-tac del reloj pulsera del vecino.
En ciertos estados, que pueden bordear lo patológico, o en momentos especiales o, sobre todo, en estado del llamado trance hipnótico, se comprueba que estímulos mínimos no solo son captados por los sentidos, sino además cuidadosamente archivados en nuestra memoria inconsciente. La captación inconsciente es normal, habitual, constante, común a todos los seres humanos, y la llamamos hiperestesia inconsciente, pero en las circunstancias especiales que mencionábamos, y que luego veremos con detalle, este material inconsciente puede hacerse consciente.
Las experiencias realizadas con sujetos en trance hipnótico hacen sumamente difícil poder señalar con precisión los límites de cada uno de los sentidos humanos aunque, desde luego, estos límites existen y en una escala razonable.
Levrero, Mario. Manual de parapsicología. Montevideo: Criatura Editora, 2019, pp. 12-22.