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Una barca con poesías de Cristina Peri Rossi
Por Salvador Biedma / Jueves 30 de agosto de 2018
Foto: www.cristinaperirossi.es
Invitamos a unirse a las recomendaciones de libreros a Salvador Biedma, escritor argentino y exlibrero de Colastiné Libros, que nos trae una lectura de La barca del tiempo, un texto que reúne la gran mayoría de la poesía de la autora uruguaya, radicada en Barcelona, Cristina Peri Rossi.
Da pena que la poesía de Cristina Peri Rossi no circule en ediciones actuales en las librerías argentinas. Y, al parecer, en Uruguay apenas circulan dos títulos, editados en España, por Visor: Playstation y una selección de su obra bajo el título La barca del tiempo. Esta última trae un interesante prólogo de Lil Castagnet que cita un elogio casi infalible de Elena Poniatowska: «Cada vez que leo a Cristina Peri Rossi, me dan ganas de hacer el amor».
La barca del tiempo es una amplia selección de poemas de sus libros publicados hasta 2015. Sirve para notar la amplitud de tonos, temas y recursos de la autora. Del dolor que implicó la partida obligada en Estado de exilio hasta los textos satíricos de Playstation, con el amor erótico omnipresente y la política como tema constante. Hay poemas en los que predomina lo narrativo, otros eminentemente líricos, algunos más descriptivos o que se centran en juegos de palabras; los del libro Las musas inquietantes repasan cuadros de Munch, Magritte, Courbet y otros artistas.
Uno encuentra referencias muy diversas también en los textos: aparecen la mitología clásica y autores contemporáneos, lugares, canciones, directores de cine, sucesos políticos mundiales como la invasión a Irak o la caída de las Torres Gemelas (no está en el libro, pero hay un poema de Peri Rossi sobre el atentado en la estación de Atocha que dialoga con «Once de septiembre», ambos textos plantean una división entre lo que ocurre en el plano íntimo y la información que circula como noticia). Los medios pueden irrumpir de pronto en los textos, con alusiones a la radio, la televisión, YouTube, Amazon o Facebook. Insisten desde el comienzo, a la vez, las metáforas marítimas.
Algunos de los poemas («Mi casa es la escritura» o «Fidelidad II», por ejemplo) hacen un recorrido de décadas: por los lugares donde ha vivido la autora, por ejemplo, los cambios de hábitos en la sociedad o recortes de la historia universal reciente. Los viajes, la extranjería, las ciudades, la memoria y el idioma («hablo la lengua de los conquistadores, / pero digo lo opuesto de lo que ellos dicen») son temas que insisten en la poesía de Peri Rossi. Y, sobre todo, lo erótico-amoroso.
Si Idea Vilariño se queja porque «siempre estará faltando / la honda mentira / el siempre», la postura de Peri Rossi es otra: acepta esa realidad. En un poema que cita al Fausto de Goethe («Detente, instante, eres tan bello»), al comprender o recordar que no va a alcanzarse la eternidad en el amor, afirma sin angustia que «solo queda entonces / el deseo». La presencia de una persona amada llega en ocasiones a impregnar una época, una ciudad e incluso trastoca identidades («te llamaré por mi nombre»). Y a veces —como en el poema «Aquella noche»— el deseo lo excede todo, a tal punto que la persona deseada resulta pequeña ante ese desborde.
En caso de que no fuera suficiente la precisa cita de Poniatowska, seguramente los versos de la página 46 alcancen para contagiar el entusiasmo por La barca del tiempo y, en general, por la poesía de Peri Rossi:
No quisiera que lloviera
te lo juro
que lloviera en esta ciudad
sin ti
y escuchar los ruidos del agua
al bajar
y pensar que allí donde estás viviendo
sin mí
llueve sobre la misma ciudad
Quizás tengas el cabello mojado
el teléfono a mano
que no usas
para llamarme
para decirme
esta noche te amo
me inundan los recuerdos de ti
discúlpame
la literatura me mató
pero te le parecías tanto.
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