El producto fue agregado correctamente
Feminismos con S

Aprender a mirarnos: los feminismos y las diferencias

Por anguirú-laboratorio disidente / Martes 05 de marzo de 2024
Portada de «Feminismos. Miradas desde la diversidad» (Pikara Magazine, 2019).

Marzo en Intervalo estará atravesado por los feminismos, en plural, en todo tipo de textos y materiales. anguirú-laboratorio disidente nos propone una reseña y una reflexión sobre esa pluralidad y cómo la vivimos hoy en día. Así, el planteo lleva a cuestionarse: ¿quiénes somos? y ¿qué nos sucede?, porque «estas interrogantes son fundamentales si queremos reconocernos y entendernos en nuestra heterogeneidad».  

Este mes de marzo nos propusimos reseñar el libro Feminismos. Miradas desde la diversidad (Pikara Magazine, 2019) un poco para dialogar con las ideas que se expresan en esta publicación y otro poco para pensar a partir de su lectura sobre percepciones e inquietudes que tenemos hoy a propósito de los feminismos y cómo los vivimos.

Una pregunta que atraviesa este libro y que es reflejo de lo que hoy sigue sucediendo en los movimientos feministas es el preguntarnos una y otra vez: ¿Cuáles son las mujeres de nuestros movimientos y colectivos feministas? ¿Qué es ser una mujer? Beatriz Gimeno recientemente escribió un artículo  en el que menciona que hacernos esta pregunta —para nada sencilla y definitiva—, además de ser una interrogante que nos salva de la «caparazón patriarcal», siempre ha sido algo complejo y álgido. Hoy lo sigue siendo. Corriéndose de posturas biologicistas excluyentes, sostiene que lo que nos hace mujeres es la posición social y el significado que eso tiene en nuestra vida material y cotidiana. Siguiendo esta línea de reflexión, el libro que reseñamos aquí nos lleva a hacernos esta pregunta una y otra vez, de distinto modos: ¿Quiénes somos? y ¿Qué nos sucede? Estas interrogantes son fundamentales si queremos reconocernos y entendernos en nuestra heterogeneidad.

La diversidad de temas y abordajes que encontramos en el interior de la obra Feminismos. Miradas desde la diversidad también se refleja en la escritura del texto, su cuidado y el hacerlo amigable para todo el mundo. Sus estrategias narrativas, por ejemplo, usar la a no como universal o genérico sino como expresión del lenguaje inclusivo que refiere a «las personas» y el giro crítico en la información que se presenta para impugnar supuestos (por ejemplo, explicando lo que es cisgénero en lugar de transgénero, es decir, haciendo explícita la norma en lugar de seguir señalando la diferencia) también es algo a destacar.

Leyendo la obra en su conjunto sentimos que cuando avizoramos alguna certeza en relación a un tópico nos vuelve a revolcar en la disidencia y en la diversidad. Por momentos no aparecen salidas comunes y nos agobia la sensación de complejidad, de todo lo que nos falta por incorporar en la lucha feminista. Estas sensaciones nos impulsan a seguir recorriendo el camino de reconocernos en nuestras múltiples diferencias y transitar el conflicto que ello supone. Para ello primero es menester escucharnos y comprender lo que nos pasa como mujeres y disidencias y esto es lo que propone el libro. 

Al inicio se nos advierte «[...] el feminismo no será revolucionario si no se rompe con el racismo, la LGBTI fobia, el capacitismo y la gordofobia» y nosotras agregamos: si no se rompe con el cisexismo. Insistimos, pues, a partir de esta reseña, en debatir desde los feminismos, porque el modo como nos atraviesan va cambiando con el tiempo. Por eso, además de conocer las posturas que el libro expresa y que llegan desde Bilbao (País Vasco), queremos preguntarnos y preguntarles cómo estamos habitando hoy los feminismos aquí, en Uruguay, en nuestros barrios, casas, lugares de trabajo, en las calles, en las redes. ¿Qué nos mueve hoy, qué tenemos ganas de dejar atrás o, en cambio, de gritar, qué hemos aprendido en los últimos años?

Una forma de entender el periodismo feminista

Pikara Magazine es una revista digital de periodismo «con perspectiva feminista, crítico, transgresor y disfrutón», fundada en 2010 en Bilbao por un grupo de periodistas vascas. En su portal, además de textos en español los hay en euskera, catalán, aragonés, gallego, extremeño, asturiano y videos en lengua de señas española, porque si hablamos desde el plural y procuramos una acción transgresora, el lenguaje no puede permanecer intocado. Este grupo de periodistas se propuso publicar un libro divulgando las miradas de sus colaboradoras sobre y desde feminismos gordes, gitanos, antirracistas, migrantes, afro, locos, discapacitados, lesbianos y otros.

Cada artículo que integra la publicación inicia con una pregunta implícita: ¿Cuándo me hice feminista? Quien escribe cuenta en primera persona cuál es el momento —o los momentos— que hicieron que tomara conciencia de su situación particular de desigualdad y también que emprendiera un camino feminista. De esta forma, el tema que cada artículo propone se acerca desde la vivencia en primera persona y luego desarrolla ciertos apartados —hitos de ese movimiento, datos históricos o teóricos— que nos permiten comprender de mejor modo las variables que atraviesan ese tipo de feminismo. Al finalizar también se incluyen algunos datos que son importantes para quienes por primera vez se acercan a algunos abordajes como el feminismo gordo, antirracista, gitano, entre otros, detallando libros, referentes y obras a las que consultar. Este guiño pedagógico es fundamental porque nos coloca como aprendices de otras realidades y experiencias que desconocemos y promueve un diálogo en el que el gesto político es aprender entre todas y todes. 

En la publicación, la materialidad corporal está en el centro de las reflexiones, reafirmando la idea de que no hay feminismos sin cuerpos tomando el espacio, moviéndose, apareciendo, poniendo en tensión las normas. En este sentido, reconocen que la atención hacia y desde el cuerpo recién cobró protagonismo en los últimos años. Pero el cuerpo —aunque a estas alturas sea una obviedad decirlo— no es uno, y las categorías identitarias, los deseos y las estéticas que se ponen en relación con él, tampoco. Orientando la lectura a nuestro ámbito local nos preguntamos ¿qué estamos percibiendo, problematizando o reflexionando desde los cuerpos en Uruguay? ¿Cuerpos de qué edades, con qué pliegues, con qué movilidades son los que aparecen en la agenda de los feminismos y en la agenda política actual?

Este libro se anima a decir. Decir gorda

[...] pues las mujeres gordas tendremos muchas cosas en común con las delgadas, pero también tenemos muchas diferencias. Para empezar, las gordas ya somos lo que las delgadas temen ser: gordas. Nosotras recibimos acoso callejero gordófobo en la calle, es decir, a nosotras no nos piropean, nos insultan. Nosotras no abortamos la belleza, la belleza nos aborta a nosotras. Nosotras no luchamos contra ser objeto de deseo, no lo somos y a veces incluso soñamos con serlo. Mientras muchas feministas normativas trabajan en pro del poliamor o la anarquía relacional, nosotras ni llegamos a tener la oportunidad de poner estas teorías en práctica, puesto que nuestros cuerpos no suelen ser tan deseados como los normativos… (p.24).

El feminismo gordo visibiliza lo que paradójicamente es invisible, sus cuerpos. Piñeiro en un momento sentencia: «La normalidad es moral no es ciencia (...) a la sociedad no le importa nuestra salud le importa que estés delgada» (p.19). Desafiando y desandando los discursos biomédicos que imponen un tipo de cuerpo sano y que se basa en el paradigma de la «verguenza corporal» y la patología, afirma que los cuerpos gordos no son vistos de la misma manera y que es necesario no solamente visibilizarlos, sino además decir que en las reivindicaciones históricas del movimiento feminista —y también en las actuales— no se ha incorporado la diversidad corporal en sus postulados. Esto hace que las demandas de los colectivos excluyan a una parte importante de las mujeres .

De la misma forma es necesario decir discapacitada, pues: 

[...] se nos infantiliza y se nos deshumaniza, como si todo se redujera siempre a nuestra discapacidad, como si todo nuestro mundo girase alrededor de este hecho […] [porque] es imprescindible hablar de la sexualidad en nuestros propios términos, empoderar nuestros cuerpos diversos dentro de nuestra propia poesía corporal y sensual. (p. 157-160) 

Es necesario, así, poner en el centro de las reivindicaciones feministas también los postulados capacitistas y las formas de entender las luchas que tienen implícitas formas y modos de ser de los cuerpos, formas de movernos en el espacio y de entender lo que los cuerpos son capaces de hacer y decir.

Decir loca, pues 

nos entristece y frustra que haya feministas aun reivindicando la frase ‘no estamos locas’ como manera de autoafirmación colectiva de la que nos sentimos inevitablemente excluidas [...] las que sí estamos locas no queremos que nuestra locura ni diagnósticos sean motivo o excusa para invisibilizarnos” (p.139).

También es necesario seguir diciendo lesbianas, reivindicar el feminismo lésbico dentro de la genealogía de los movimientos, visibilizar no solamente el deseo y la sexualidad como eje de opresión sino desnaturalizar la heterosexualidad —un indicio de lo que aún se considera natural y que permanece incuestionado—. No basta con deconstruir las formas de entablar lazos afectivo-sexuales —monógamos o poliamorosos— necesitamos desmontar el régimen de heterosexualidad como parte de una lógica que reproduce deseos, roles, bienes y subjetividades.

Decirnos en pluralidad es nombrarnos en nuestras diferencias: mujeres rurales, gitanas, afro, trans, decirnos todas, es decir: afrofeminismo, feminismo gitano, transfeminismo, feminismo lesbiano, feminismos con S. Estos tienen en común la experiencia encarnada y compartida de ser mujeres y disidencias en un sistema que nos explota, medicaliza, patologiza, invisibiliza y niega nuestra historia y genealogía pero también nos convoca a generar una potencia colectiva transformadora que aboga por dinamitar esta realidad que nos vulnera.

Los artículos de este libro dan cuenta de forma explícita cómo ciertos posicionamientos, luchas y reivindicaciones muchas veces no son pensadas desde las distintas subjetividades, corporalidades, sexualidades, identidades que nos convoca, formas de estar en el mundo que no remiten a un sujeto único y universal aunque ese sujeto sea mujer. Lo que para un colectivo de mujeres puede ser vital para otro es rotundamente negado e inexistente. Estos reparos, más allá de la acción política colectiva, permiten complejizar nuestros puntos de partida, salir del pensamiento totalizador y universalizante —y por tanto masculino—, y hacernos otras preguntas.

Este libro es una bocanada de aire fresco y es una lectura que abre mundos para personas que recién se acercan al feminismo o continuamente buscan informarse. Las experiencias en primera persona y las reflexiones compartidas en Feminismos. Miradas desde la diversidad, nos hablan de la importancia sustantiva que tiene para muchas mujeres y disidencias encontrarse con otras como ellas, trazar sus propios recorridos y desplegar sus luchas en los ámbitos que habitan. Por eso, quizá lo que encontramos ya no es una adhesión a un único relato feminista, sino un feminismo que estalla en múltiples direcciones al hacerse cuerpo en mujeres diversas, que no se reconocen en las demandas de lo mainstream

La necesidad de volcar la política hacia lo cotidiano, haciendo ver todos sus matices, no va en desmedro del lugar clave que ocupan las alianzas entre distintas acciones feministas. Pero estas alianzas no pueden quedar en la mera enunciación de un deseo, necesitan ponerse en práctica si su verdadero cometido es ampliar horizontes. Porque «No existirá una emancipación de algunas sin la emancipación de todas» (p 63).

Productos Relacionados

También podría interesarte

×
Aceptar
×
Seguir comprando
Finalizar compra
0 item(s) agregado tu carrito
MUTMA
Continuar
CHECKOUT
×
Se va a agregar 1 ítem a tu carrito
¿Es para un colectivo?
No
Aceptar