Con Alejandro, de Musaraña
Visita a Musaraña Libros, en Buenos Aires
Por Escaramuza / Sábado 01 de abril de 2023
La vidriera de Musaraña.
Musaraña recibió el Premio a Labor Librera 2022 en Argentina. Porque eso es un gran logro, y porque seguramente haya quienes se vayan de vacaciones a Buenos Aires, hicimos esta visita estratégica. «Una librería es un volcán de información, de gente que cuenta y pregunta, de data cruzada», nos contó Alejandro Bidegaray, uno de sus socios.
Siempre nos gusta empezar preguntando sobre los inicios, sobre las cosas que creían que iban a ser de una determinada manera y fueron por completo diferentes a lo que imaginaban. Alejandro Bidegaray, socio de Musaraña, responde: «Abrimos la librería en marzo de 2012. Creo que todo fue de una manera distinta a lo que habíamos imaginado. Una librería es un volcán de información, de gente que cuenta y pregunta, de data cruzada. Fue mucho, muchísimo más trascendental, cambió nuestras vidas y también un poco la vida del barrio, de la comunidad a nuestro alrededor».
Lo cierto es que la iniciativa pronto se diversificó: «Al año de abrir empezamos también a editar, funcionamos como productora de eventos y festivales ligados a la historieta, hicimos fiestas, muestras, presentaciones, ciclos... ¡pasaron tantas cosas! Hoy nos sentimos parte del tejido vivo de librerías de nuestra ciudad, y eso ya es un montón».
Pero, ¿qué es lo que hace a Musaraña diferente como librería? «Una de nuestras marcas identitarias más fuertes fue la de especializarnos en historieta y libros ilustrados. Nuestra editorial también fue en esa dirección y creo que al día de hoy fue un puente muy importante para darle singularidad a la librería. También hicimos mucho hincapié en fanzines, editoriales chicas e independientes, algo que no era tan común en su momento. Espacialmente es un lugar muy mágico, y construído en la casa de mis abuelos, lo que le da cierta aura», nos cuenta.
Y así surge la pregunta en torno al impacto de la pandemia y de la crisis del papel. Alejandro responde: «Como para todo el mundo la pandemia fue un proceso bastante estresante. Pudimos navegarla bien gracias a que acá las librerías fueron declaradas esenciales apenas al mes del confinamiento. Pero nuestro trabajo se convirtió en algo muy distinto. Julia y yo parecíamos algoritmos de una página web, mi viejo tuvo que guardarse. Extrañamos mucho el cuerpo a cuerpo que define a toda librería de barrio, pero por suerte pudimos atravesarlo». En cuanto a la situación del papel, opina: «es un drama en Argentina, los costos se duplican y hasta triplican cada año, los libros suben y se escapan de los lectores, entonces a las editoriales no corporativas no nos queda otra que aguantar los precios y absorber la inflación. Es un desastre, y un tren a todo vapor sin freno; en algún lugar tendrá que parar».
Alejandro también se aventura a opinar sobre las semejanzas y diferencias entre el panorama editorial de Argentina al de Uruguay: «Entiendo que hay iniciativas muy similares en la edición de carácter más pequeño y cuidado, con catálogos raros e inusuales. Conocemos muchos proyectos de allá que van llegando, ya sea distribuidos por Big Sur o que vienen directamente a la Feria de editores. Siempre está ese espejo, por lo menos entre Buenos Aires y Montevideo. Supongo que lo que más nos diferencia es el tamaño del mercado».
Pasando a la espacialidad de Musaraña, Alejandro nos cuenta cuál es su sección preferida de la librería, pero también la de los y las lectoras. Así, cuenta: «Yo me especialicé en curar la parte de historietas y experimentación gráfica, muchas veces comprando libros invendibles, por el afán de que estén en los estantes. Así que tengo parte de mi corazoncito ahí. Los y las lectoras van mucho a la mesa, tenemos sólo una, enorme, y es ahí donde ponemos novedades, recomendaciones, selecciones o "proyectos" como les llamamos cuando alguno, Juan, Julia, Mingo o yo, quiere defender algo y sale a mostrarlo. Es la parte más dinámica. A veces estos proyectos funcionan y los celebramos, otras veces tapamos el proyecto de otro por considerarlo piantavotos. Y ahí vienen las chicanas».
[Alejandro en la librería].
Los tres recomendados de Alejandro
Van tres que me conmovieron especialmente en el último tiempo: Devenir animal, de David Abram, editado por Sigilo; Sigo aquí, de Maggie O'Farrell, editado por Libros del Asteroide; y Las grutas, de José Fraguas, editado por Palabras Amarillas.
¿Dónde queda Musaraña Libros?
Gral. José María Paz 1530, B1602 Vicente López, Buenos Aires, Argentina
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