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Salud mental

Abrirse a la vida

Por Escaramuza / Viernes 08 de octubre de 2021
Ilustración de Juan Nicolás Pérez para el proyecto «Ilustrar para descubrir la mente», iniciativa de María Eugenia Fazio y Caro Curbelo

La salud mental se vuelve cada vez más presente, se instala en el debate social, se distancia de los ámbitos médico y académico y se transforma en terreno compartido, gracias a las «locas» y los «locos» que reclaman su derecho a ser. Recomendamos diez libros que recogen experiencias en el campo de la salud mental comunitaria, relatos de psicoanalistas y testimonios de personas que transitaron, que transitan, diferentes enfermedades.

Pájaros en la cabeza. Activismo en salud mental, de Javier Erro

El campo de la salud mental está siendo cada vez más cuestionado. Las etiquetas, el recorte de autonomía, el biologicismo, el paternalismo, las contenciones mecánicas, el electroshock o la sobremedicación son algunos de los aspectos que están dejando de disfrutar de una inercia incuestionable. En su lugar, crecen las propuestas relacionadas con el apoyo mutuo, la horizontalidad, la autogestión y la autonomía. Al frente de estos planteamientos está el movimiento activista en primera persona. Iniciativas como la organización en diferentes lugares del Mad Pride («Orgullo Loco») o las experiencias de los Grupos de Apoyo Mutuo (GAM), formados por personas con sufrimiento psíquico, con experiencias inusuales o psiquiatrizadas, han abierto un horizonte de ruptura en el cual la autonomía de estos sujetos es la cuestión crucial y central.

Javier Erro da a conocer, a través de las reflexiones y las experiencias de sus protagonistas en diferentes grupos e iniciativas chilenas y españolas, los procesos de cuidado mutuo y estrategias compartidas, la autoorganización de mujeres que enmarcan el sufrimiento psíquico en términos de género o las afinidades entre el movimiento en primera persona y la lucha por la despatologización LGTBI+.

 


Manifiesto Basura. Estallidos de un discurso desmanicomializador, de Frente de Artistas del Borda

El Manifiesto no dice una sola cosa sino muchas y a la vez. Pregunta y repregunta sobre lo que se sabe y lo que se puede. En este texto, participantes del FAB proponen la poesía, la prosa, la imagen y la desopilancia como modos de acercarse a la locura, es decir, a la sociedad, que somos y no somos.

 


Después de los manicomios. Clínicas insurgentes, varios autores

Este libro narra modos de obrar de trabajadoras y trabajadores del hospital Domingo Cabred, amparados en el Programa de Rehabilitación y Externación Asistida impulsado desde 1999 por el Ministerio de Salud de la Provincia de Buenos Aires. Experiencias, también, pensadas en colaboración con un Equipo de Capacitación de la Escuela Superior de Sanidad de la Provincia de Buenos Aires y un Grupo de Investigación de la Facultad de Psicología UBA que dirige el Proyecto UBACyT (2014-2017) Representaciones de Sujeto y Subjetividad en el movimiento de «Lo Grupal» en la Argentina: presupuestos teóricos y consecuencias clínicas, institucionales, éticas, políticas.

Este libro da cuenta de una intervención entre un equipo clínico en un hospital público y un equipo de investigación de una universidad pública. Intervención que obliga a pensar qué urge hacer y pensar en los espacios públicos. Hospitales y universidades públicas representan orgullos de la vida en común. Tejidos de solidaridades tramadas en la historia. Tiempos en los que, todavía, los estados dicen garantizar el derecho a la hospitalidad y al saber.

 


Demasías locuras normalidades. Meditaciones para una clínica menor, de Marcelo Percia

demasías locuras normalidades puede leerse como protesta contra arrogancias de los manuales diagnósticos y los lugares comunes de las psicologías. Si prácticas mayoritarias conforman escuelas y modelos de aplicación, clínicas menores desaprenden lo establecido y se declaran inaplicables. Si prácticas mayoritarias cautivan adeptos y consagran fórmulas que se repiten desapasionadas, clínicas menores bullen en soledades abismadas en lo que ignoran.

Desde que el habla del capital comprende que tiene que gobernar deseos, alienta cuadrículas de sensibilidades clasificadas. Entre las distinciones más resonantes todavía reina la de la neurosis, psicosis y perversiones, completada con sumas de particiones estadísticas. También otras dividen personalidades trastornadas en bordes, psicopatías, fragmentaciones. Y así, muchos encofrados más.

Estas meditaciones sobre demasías locuras normalidades encienden y apagan mojones en lo inconmensurable. Cada vez, la clínica solicita arrojos que se atrevan a la desposesión de lo ya sabido.

 


Cuando los que escuchan hablan. Conversaciones con grandes psicoanalistas, de María Esther Gilio

A los 14 años, con la lectura de Análisis profano de Freud, se produce un quiebre en la vida de María Esther Gilio: «Después de haber pasado mi primera infancia diciendo "quiero ser médica de locos", después de ver un film de Claudette Colbert en que esta, con todo su encanto francés, convertía a locos furiosos en santos de estampita, quise ser psicoanalista».

Dedicados a la actividad de escuchar, entender e interpretar lo que quieren decir los otros, dieciocho grandes psicoanalistas de distintas latitudes se aprestan a intercambiar roles con la periodista uruguaya María Esther Gilio. En cada mano a mano seguidores y críticos de Freud y Lacan son interpelados sobre diversos temas que atraviesan y constituyen la vida del ser humano: el amor, la locura, la sexualidad, el cuerpo, la subjetividad, el lenguaje.

 

Notas desde un manicomio, de Christine Lavant

Nietzsche decía que quien más sufre exige con la mayor intensidad la belleza, la produce; y bien podría estar hablando de este libro. En él, Christine Lavant, una de las poetas austriacas más admiradas, pero secretas, del siglo xx, narra su estadía voluntaria de un mes y medio en el Hospital Psiquiátrico de Klagenfurt en 1935. Lavant no escribió este fulgurante texto hasta 1946, once años más tarde, y no consintió en publicarlo mientras vivía porque era demasiado personal: en él registra su fallido intento de suicidio, su insomnio, la convivencia con sus excéntricas compañeras, la autoritaria presencia de los médicos y su lucha diaria por sobrevivir escribiendo. Con una prosa exquisita, íntima y exacta, estas páginas tienen una desgarradora potencia.

 

El hombre que tiembla, de Andrea Pomella

El miedo, la angustia, la desesperación y la rabia son las cuatro paredes de cristal entre las que la depresión, el mal oscuro y hondo de una modernidad superficial y solo aparentemente luminosa, encierra a quien cae en su cerco. Una vez en sus garras, todo hombre tiembla; algunos encuentran la lucidez para contarlo, como Andrea Pomella, quien mira a su enfermedad como si fuera un elemento extraño, un cuerpo ajeno con el que pretende familiarizarse porque en este intento de conocer lo incognoscible reside el sentido de todo, de la vida misma. Desde los abismos del alma del autor, emerge un libro tormentoso y salvífico al mismo tiempo: las reacciones del cuerpo a las agresiones de los fármacos, las sesiones con los psiquiatras, la relación con su pareja y su hijo obligados a convivir con los altibajos de la enfermedad, el retorno del antiguo fantasma del padre repudiado. Pero cuando todo parece hundirse en la oscuridad más total, de repente un centelleo, la perspectiva de una redención capaz de disipar las tinieblas.

Leer este libro significa sumergirse en un mundo ajeno hasta sentirlo propio; significa recorrer, paso a paso, el camino desde una condición de dolor absoluto hasta un nuevo comienzo. Un camino vital, humano, pero también literario que se articula en una escritura, íntima, precisa y cortante como el filo de una navaja: la voz alta y firme del hombre que tiembla.

 

Insomnio, de Marina Benjamin

Tras décadas de padecimiento y miles de noches en vela tratando de inventar técnicas y tácticas para convocar el sueño, Marina Benjamin plantea un giro radical en el abordaje de su insomnio. En estas memorias, se instala en el corazón del desvelo y lo habita para atravesar su dimensión de patología y de falta. Mientras recorre la penumbra de habitaciones silenciosas, sus pensamientos repasan las camas en las que no durmió, las pruebas neurólogicas, las hierbas, los gurúes y los especialistas, la desesperación, la angustia, las lecturas de Proust, Lacan y Oliver Sacks.

En esa errancia, y acompañada de Sherezade, Penélope y Virginia Wolf, Benjamin logra encontrarse con un estado de deseo, como si el insomnio también pudiera ser un acto de resistencia.

 


Expuesta, de Olivia Sudjic

La angustia por el presente, el miedo al futuro, la desorientación en un mundo cada vez más complejo y cargado de estímulos… son algunas de las sensaciones que marcan la vida en el siglo XXI para muchas personas, y que confluyen en el estado anímico al que llamamos «ansiedad». Cuestiones como la incertidumbre constante sobre qué camino tomar, las dificultades para encontrar un lugar en el mundo y la sensación de que todo lo que está por llegar será peor van ganando terreno no solo en el discurso de las redes sociales y las conversaciones entre amigos, sino también en el hecho artístico.

En este breve pero contundente ensayo, Olivia Sudjic confiesa que padece ansiedad, y que esta condición ha sido recurrente en su vida como escritora, manifestándose en síntomas como la fobia de sentirse juzgada, la incapacidad de gestionar el escrutinio y el volumen de información de internet y la presión por no estar a la altura. Con un estilo tan pulcro como lírico, Sudjic no solo explica lo que es la ansiedad y cómo esta te atenaza y dificulta el desarrollo de una vida normal, sino también cómo se puede canalizar hacia fines creativos.

 

Anatomía de una epidemia. Medicamentos psiquiátricos y el asombroso aumento de las enfermedades mentales, de Robert Whitake

Cuando el galardonado periodista científico Robert Whitaker se percató de que entre 1987 y 2007 el número de pacientes con discapacidad por enfermedad mental se había casi triplicado, en paralelo a un espectacular aumento en la producción de droga psicotrópica, comenzó a reflexionar.

Parece como si estos psicofármacos fueran «balas mágicas» que dejan fuera de juego a la enfermedad mental, reinsertando a los pacientes a las filas de la ciudadanía productiva. Pero numerosos estudios clínicos publicados hace más de 50 años en prestigiosas revistas científicas, revelaban una anomalía sorprendente: en repetidas ocasiones, las drogas psiquiátricas empeoran la enfermedad mental, y disparan los riesgos de daño hepático, de aumento de peso, de colesterol, o de azúcar en la sangre. Realmente no se sabe qué causa la enfermedad mental, no hay cura o tratamiento paliativo que se encuentre en esas píldoras. Las conclusiones de Whitaker, tras examinar estos medicamentos a través del prisma de los resultados a largo plazo, exponen el brutal engaño de una industria que mueve miles de millones.

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