Entre lenguas
Libros en traducción recomendados por voces muy autorizadas
Por Escaramuza / Lunes 02 de octubre de 2023
Ema Velázquez Burmester, traductora del chino al castellano de Cena para seis, de Lu Min (Adriana Hidalgo, 2022)
Traducir la novela Cena para seis directamente del chino al castellano fue una experiencia desafiante pero sumamente enriquecedora. El lenguaje preciso y poético de la escritora Lu Min, como la voz interior de cada uno de los seis personajes, así como la delicadeza y sabiduría del idioma y la cultura china, fue algo a lo que me dediqué con esfuerzo para que nuestros lectores puedan, en nuestro idioma, apreciarlos de la manera más fiel posible. Una novela intimista, entrañable, que nos permitirá conocer desde la óptica de dos familias la realidad y los cambios de la sociedad china de fines del siglo XX y principios del XXI, como así también reconocer en cada uno de los anhelos, incertidumbres y angustias de los personajes, elementos universales que nos harán sentirnos identificados y nos invitarán a la reflexión.
[Portada de Cena para seis, de Lu Min].
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Antonio Jiménez Morato, traductor del portugués al castellano de Amoroso: Una biografía de João Gilberto, de Zuza Homem de Mello (Libros del Kultrum, 2022)
Para mí traducir, sobre todo del portugués, es una experiencia que escapa a un acto racional, consciente o reflexivo. Puede sonar extraño, pero salvo muy contadas excepciones, el leer algo en portugués y transformarse en mi cabeza, al pasar a través de mis manos en el teclado a la pantalla (y el disco duro), lo percibo como un acto tan instintivo que llego a desconfiar de la percepción de que es un trabajo. Lo es, claro que lo es, es algo sobre lo que no tengo dudas, pero cuando me sumerjo en ello es algo tan fluido y carente de esfuerzo que tiendo a olvidar que se trata de una labor profesional. El que lee en varios idiomas no traduce si no es por dinero, esa es una de las armas de doble filo de la traducción, se traduce para que otros lean, no porque uno quiera leer aquello. Por eso me resultó doblemente placentero traducir para que otros lean este libro de Zuza Homem de Mello, del que tuve noticia y que le propuse al editor porque sabía de buena tinta que le iba a interesar y que leí a la vez que lo traducía, porque no se había publicado en portugués cuando se firmó el contrato para verterlo al castellano, y que plasma de modo magistral la genialidad de una de las figuras más fascinantes de la historia de la música: João Gilberto. Esa aparente facilidad que deja traslucir su trabajo es engañosa, porque fue fruto de mucho trabajo, de una inmersión completa en los dos sostenes de toda creación musical: el ritmo y la tonalidad. João Gilberto era capaz de moldear ambos, combinarlos y recombinarlos de mil modos diferentes hasta lograr que toda canción fuese siempre algo nuevo cada vez que la interpretaba y, al mismo tiempo, tener la capacidad de dotar a todo lo que hizo de una personalidad e identidad indistinguibles. Ser siempre igual y renovar siempre aquello que uno es fue la gran aportación de João Gilberto, algo que Zuza Homem de Mello, que fue amigo suyo (dentro de lo complejo que era ser amigo suyo), entendió y, cosa muy complicada, supo transmitir en su escritura, un estilo que, como la música de Gilberto, es sencillo solo en apariencia, y surge solo de la decantación del que ha pensado muchas veces en aquello que va a decir y por eso puede decirlo con la ductilidad necesaria para decir siempre lo mismo sin que parezca jamás que se repite. Traducir algo así es sencillo, es placentero incluso, se olvida uno que lo está leyendo por vez primera a la vez que lo traduce. Además, detalle importante, llevo toda la vida obsesionado con João Gilberto, desde la primera vez que lo escuché, ¿cómo no iba a convencer al editor y traducir el libro apenas supe de su existencia?
[Portada de Amoroso: Una biografía de João Gilberto].
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Micaela van Muylem, traductora del neerlandés al castellano de El capitán Nudo y su estúpida sombra, de Victor Engbers (Limonero, 2023)
El capitán Nudo es muy desfachatado, anda de calcetines y calzoncillo todo el día, tiene un perro y no le tiene miedo a nada. Es el más valiente de todos. En este libro, como siempre en los infantiles, pero hasta un poco más, la relación entre imagen y texto es súperimportante. La imagen es fuerte, irreverente, provocadora. Nudo anda con una máscara y tiene una aventura porque se le escapa la sombra y la persigue hasta la isla de Yabasta. Hay muchas palabras inventadas, que es algo divertido, hay mucha cosa sonora, repeticiones, personajes con nombres larguísimos que se repiten muchas veces. El ritmo por la repetición está muy logrado y la adjetivación provoca hilaridad. Me divertí con los nombres, las onomatopeyas, inventando nombres para insectos, lugares. Genera risas en las infancias, aunque también en los adultos. El propio autor me dijo en un correo que le había encantado la invención del nombre Yabasta para la isla, que recogía esa sensación de hartazgo. Una cosa particular es que lo hice todo en argentino, como siempre traduzco, porque no habíamos acordado nada al respecto. La editorial me pidió si podía pasarlo a un español más neutro. Yo lo ajusté, pero pedí que lo dialogáramos. Cuando leí la versión final me gustó el resultado. El tono es muy chistoso, provoca a las y los lectores y va a contrapelo del héroe tradicional. La vuelta de tuerca que genera el escape de la sombra es un gran regalo de cumpleaños, una aventura peligrosísima, que a Nudo le encanta.
[Portada de El capitán Nudo y su estúpida sombra].
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Isabel Retamoso, traductora del francés al castellano de Divertimentos mecánicos, de Suzanne Doppelt (Forastera, 2022)
La traducción de Divertimentos mecánicos fue veloz y, por eso mismo, un poco accidentada. Fue así porque el propio texto lo permitía: el libro, difícil de categorizar, comienza en un bosque, donde la voz narradora avanza siguiendo distintas pistas, elementos oníricos e imágenes repetitivas. Este bosque, cargado de cadenas semánticas, permitió una primera traducción casi alienada: seguir la cadencia de Doppelt y el ritmo de su prosa poética. Y volver después a los errores, a las expresiones truncas y mal traducidas que, quizás, sin la ayuda de Francisco Álvez Francese, uno de los tres editores de Forastera, no hubiera notado yo sola. Pero creo que el proceso de traducción fue fiel a lo propuesto por Suzanne Doppelt. A pesar de esa primera sobrecarga simbólica, una estructura clara se fue dejando ver al avanzar y descubrir el trazado literario puesto en juego por la autora con, por ejemplo, las distintas referencias a Cosmos, de Witold Gombrowicz. El libro es interesante, entre otras cosas, como una representación de los propios recorridos lectores, por poner en cuestión el ejercicio casi detectivesco que supone una lectura atenta.
[Portada de Divertimentos mecánicos].
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Paula Abramo, traductora del portugués al castellano de Mundo, de Ana Luísa Amaral (Sexto Piso, 2022)
La traducción de Mundo, de Ana Luísa Amaral, procuró hacer honor a la conciencia rítmica de la autora. En sus poemas nada es gratuito y con frecuencia se desvían de las normas de la gramática produciendo ricos extrañamientos. Aunque a la vista pareciera tratarse de poemas en verso libre, el oído reconoce en ellos cadencias que remiten a la tradición poética que las lenguas portuguesa y castellana comparten, pues están estructurados predominantemente en cláusulas endeca y heptasilábicas.
[Portada de Mundo].
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