Me llevó mucho tiempo concretar esta explicación inicial que trata de describir qué son estas «Reseñas sonoras»…  Varias charlas, noches desvelado anotando en el celular cosas entre sueños, hasta búsquedas de algún antecedente parecido. Entre idas y vueltas, la idea tuvo muchos nombres: prólogos sonoros, interpretaciones musicales, lecturas musicales, banda sonora del libro, derivaciones sonoras y musicales. Al final de cuentas, lo que les presento hoy es un poco de todo eso, un nuevo formato a través del cual invito a sumergirse en el universo sonoro de estos libros. Se trata de piezas sonoras y musicales que buscan transmitir la atmósfera de tres libros contemporáneos que tienen algo poderoso en común: sus protagonistas, inconfundibles, son mujeres y muy jóvenes. Carnada, de Eugenia ladra, Panza de burro, de Andrea Abreu, y Cometierra, de Dolores Reyes, tienen varios puntos en común y similitudes a nivel sonoro, sonidos explícitos e implicitos que se repiten de diferente manera en cada libro.

Les recomiendo escuchar estas reseñas con auriculares. 

Carnada, de Eugenia Ladra (Criatura Editora, 2024)

[Portada de Carnada. Ilustración: María Luque; y Eugenia Ladra. Foto: Carolina Acosta].

En Paso Chico los dueños de las calles son el barro y los perros. Marga nació hace trece años y nunca fue más allá del río. El pueblo es una trampa en la que un buen día cae Recio, aparecido abajo del sauce a la hora de la siesta. Los pescadores lo vieron llegar, dicen, quién sabe de dónde. Los días de Marga y Recio se cruzan y se descruzan caprichosos, con una sordidez contenida, casi que desapercibida, como es la violencia de estos personajes que, en su primera novela, Eugenia Ladra pone a vivir a través de sus propias voces. La belleza, que parece esquiva en Paso Chico, se derrama casi sin querer en cada frase de Carnada.

______________________________________________________________________

Panza de burro, de Andrea Abreu (Barrett, 2021)

[Portada de Panza de burro y Andrea Abreu].

La panza de burro es una expresión para denominar un fenómeno característico del norte de las Islas Canarias consistente en una acumulación de nubes de baja altura que actúa como pantalla solar. Andrea Abreu aparta esa bruma de la panza de burro y observa a la abuela que transmite malos consejos desde la pura inocencia y el puro salvajismo, a la niña prematuramente crecida que domina a su amiga, pero, sobre todo, a la amiga dócil que, con el tiempo, escribe su historia y se siente en deuda con la amiga dominadora.

______________________________________________________________________

Cometierra, de Dolores Reyes (Sigilo, 2019)

[Portada de Cometierra y Dolores Reyes. Foto: Maj Lindström].

Dice Cometierra: «Me acosté en el suelo, sin abrir los ojos. Había aprendido que de esa oscuridad nacían formas. Traté de verlas y de no pensar en nada más, ni siquiera en el dolor que me llegaba desde la panza. Nada, salvo un brillo que miré con toda atención hasta que se transformó en dos ojos negros. Y de a poco, como si la hubiera fabricado la noche, vi la cara de María, los hombros, el pelo que nacía de la oscuridad más profunda que había visto en mi vida». Cuando era chica, Cometierra tragó tierra y supo en una visión que su papá había matado a golpes a su mamá. Esa fue solo la primera de las visiones. Nacer con un don implica una responsabilidad hacia los otros y a Cometierra le tocó uno que hace su vida doblemente difícil, porque vive en un barrio en donde la violencia, el desamparo y la injusticia brotan en cada rincón y porque allí las principales víctimas son las mujeres.