Con Patricia Melo, de Exlibris
Una librería vende libros, pero hace mucho más
Por Escaramuza / Miércoles 17 de noviembre de 2021
Exlibris: café libros, repostería, en Medellín
Iniciamos una serie de visitas a librerías amigas por distintos países del mundo y la primera parada la hacemos en Medellín, Colombia. Llegamos hasta la librería café Exlibris, que desde 2013 ofrece un espacio de encuentro entre libros y café. Probamos uno de sus postres mientras Patricia Melo, una de sus fundadoras y librera, nos cuenta sobre el proyecto.
Exlibris somos un proyecto que empezó hace ocho años en el barrio Carlos E. Restrepo, un barrio central de Medellín con una fuerte tradición cultural. Somos un café, repostería, restaurante y una librería, y nacimos de la pasión por la cocina y los libros. Queríamos además dar respuesta a un problema fundamental: para un sector importante los libros son excentricidades lejanas, íconos incomprensibles pegados a la pared a los que se les guarda un respeto reverente. En cambio, la comida le llega a cualquiera. Los visitantes pueden venir por nuestras papitas criollas y quedarse por los libros.
Existimos, entonces, por una idea de negocio ganadora, pero en el fondo existimos porque la ciudad nos permitió existir: Tenemos una biblioteca a unas pocas cuadras, varios restaurantes, 3000 personas en un radio de menos de un kilómetro. Y como Medellín es una ciudad apretada, y como Exlibris queda en el núcleo del Valle de Aburrá, nos visita gente de toda la ciudad.
Al principio de la
pandemia estábamos muertos del susto: ¿cómo podríamos sobrevivir, cómo podíamos
seguir pagando los salarios de nuestros empleados? Recogimos más de diez
millones de pesos en donaciones. Alguien siguió pagando su almuerzo de todos
los días, aunque llevábamos meses cerrados.
Las librerías son hoy una institución extraña. Cientos proliferan a lo largo del planeta a pesar de la tenaza de rapaces monopolios digitales y la creciente consolidación editorial. La economía es a domicilio, pero las librerías están repletas de visitantes. Seguimos creciendo en casi todo el planeta, contra los pronósticos más optimistas. Nosotros mismos no podemos creerlo: ¿quién necesita ir a una librería cuando aparentemente puedes conseguir todo lo que hay en ella con un clic? Porque más que un comercio de libros, construimos comunidad y alimentamos la lectura y la conversación en su forma más pura: la curiosidad.
Por eso montamos una
ambiciosa agenda cultural en los últimos años: más de cien autores locales,
nacionales e internacionales. Pequeñas exposiciones. Semanas culturales. Cineclubs,
talleres, conversatorios, presentaciones. Pequeñas estrellas, autoras
emergentes, ilustradores, escritores, pintores. Conseguimos que una
investigadora extranjera de derechos humanos perseguida por sectores oscuros
del gobierno colombiano lograra presentar su libro por primera vez en el país.
Catamos arepas con un experto en la gastronomía antioqueña, conmovimos a una
pareja de exitosos comediantes.
Ahora que se invoca a la
creación como motor de desarrollo y se espera la llegada de la cuarta revolución
industrial, las librerías hacen parte de la columna vertebral que sostiene una
formación intelectual en alegría y libertad. Una librería vende libros, pero
hace mucho, mucho más.
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