reseña
Una raza en retirada
Por Martín Cerisola / Jueves 08 de noviembre de 2018
Jeffrey Eugenides en 1994
Jeffrey Eugenides, el autor de la archiconocida novela Vírgenes suicidas, vuelve al ruedo con una colección de cuentos que recorren toda su carrera. En Denuncia inmediata, el autor originario de Detroit, nos da una buena dosis de la cruda y frívola realidad de Estados Unidos que, en un mundo global como el de hoy en día, no nos es ajena.
Eugenides sabe ver y sabe mostrar. Observa detenidamente. Escribe aspectos casi imperceptibles de las maneras de ser de las personas. Su lucidez es quirúrgica y entonces despiadada. Pero no inhumana: sincera. A veces uno quisiera que la realidad tuviera más vuelo, pero Eugenides no hace esa concesión. Su escritura no pretende embellecer. Todo lo que es parte de la vida, aunque no sea agradable, también existe y es algo verdad.
En la colección de cuentos reunidos en Denuncia inmediata, su último libro traducido al español, se acerca, por ejemplo, a la vejez, a la decrepitud de la piel y de los órganos, a la agonía de dos amigas que encaran la proximidad de la muerte juntas, con ternura. Y aunque el amor regenere la energía, el tiempo inevitablemente las destroza.
Hay muchas madres que se arrepienten de serlo, pero no pueden decirlo. Hay tipos que van a terapia de pareja y se mensajean con sus amantes antes de entrar. Hay delirios que carcomen y hunden. Lo vital de un gozo insensato. La fantasía de delinquir para sentir la vida latiendo.
La normalidad asfixiante engendra monstruos. Pulsiones ciegas que no encuentran cauce y que explotan de la peor manera o acaban entumecidas y medicadas.
La escritura de Eugenides se ensaña con los recovecos sórdidos e inconfesables de las familias y de las ciudades. Sus personajes, devorados por la maquinaria cruel de la existencia y arrinconados por sus propias mentes, configuran historias urbanas de corazones empobrecidos.
Los vínculos humanos están rotos. Es difícil crear lazos genuinos o conectar profundamente con algo.
Aunque también hay vidas apasionadas y la escritura misma vehiculiza entonces esa corriente de entusiasmo que inyecta, por ejemplo, el amor compañero y la dulce paciencia, la atenta contemplación de un caballo tallado en una piedra de Jade o un instrumento de viento que suena con furor.
Eugenides no procura la breve intensidad de un impacto, sino un acercamiento que crece gradualmente. Las historias van mostrándose de a poco, con ese otro tiempo más lento que exige el ir gestándose de un vínculo.
Estos cuentos abarcan un periodo que va desde 1988 hasta 2017. Casi todos suceden en Estados Unidos y se puede leer a través de ellos una aguda indagación de las miserias de la sociedad yanqui: el egoísmo ensimismado y la incapacidad emocional de sus individuos. También, la lucha de quien busca —en el corazón, en lo mínimo, en lo anónimo— algún rastro de belleza.
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