Éric Sadin es un escritor y filósofo francés que se ha erigido como uno de los ensayistas europeos más críticos de las formas tecnológicas contemporáneas. Además de dedicarse a la investigación y la docencia, colabora con distintos medios internacionales, tanto académicos, periodísticos y de divulgación, y ha publicado gran cantidad de libros. En la colección de ensayos «Futuros Próximos» de Caja Negra Editora ya está disponible la traducción de cuatro de sus títulos. Por su estilo incisivo y minucioso, pero al mismo tiempo sencillo y revelador, se ha convertido sin dudas en un autor que genera curiosidad y entusiasmo entre los lectores.

Sadin viene trabajando hace tiempo y desde distintos puntos de vista los efectos que la mutación tecnológica en curso tiene sobre la humanidad y, en particular, sobre la soberanía. Para Sadin, estos últimos años han sido testigos de una mutación decisiva de nuestro vínculo con la técnica: mientras que su vocación ancestral era actuar como prótesis de las insuficiencias del cuerpo, las tecnologías digitales han sido investidas hoy con el rol de gobernar a los seres y a las cosas.

De eso se ocupa desde el primero de sus libros publicados en Caja Negra, La humanidad aumentada ([2013], 2017), que pone el foco en todas las tecnologías digitales de acoplamiento y asistencia (smartphones, GPS, aplicaciones, etc.) que acompañan nuestra existencia cotidiana y orientan nuestras acciones. Además, se concentra específicamente en la delegación de soberanía que hacemos todos los días a manos de la administración soft de los algoritmos, que consiguen así extraer datos y beneficios de todos nuestros comportamientos.

En La silicolonización del mundo ([2016], 2018), Sadin reconstruye la historia del modelo económico y civilizatorio que proviene de Silicon Valley y que se ha convertido en el centro de todas las innovaciones que actualmente colonizan el mundo. Este libro se ocupa de describir entonces la trayectoria de Silicon Valley desde sus orígenes en la contracultura y la psicodelia californianas hasta la institución de un tecnoliberalismo diseñado para explotar todos nuestros gestos.

A continuación, en La inteligencia artificial o el desafío del siglo ([2018], 2020), se aborda el concepto de «inteligencia artificial» para evaluar qué cambios radicales se están dando en el modo de construcción de lo real. La hipótesis es que la causa (y no la consecuencia) de la pregnancia del fenómeno de la inteligencia artificial es un cambio de estatuto en lo que respecta a las tecnologías digitales: de ser prótesis acumulativas e intelectivas –porque permiten el almacenamiento, la indexación y el tráfico veloz de información–, han pasado a ser entidades antropomórficas de las que se espera que enuncien una verdad a partir de la interpretación automatizada de datos, una tarea imposible de realizar para un individuo.

En su publicación más reciente en español, La era del individuo tirano ([2020], 2022), el foco está puesto en el impacto de las tecnologías digitales en la psicología individual y colectiva. En particular, lo que intenta pensar Sadin en este texto son ciertas dinámicas recurrentes en las redes sociales: la polarización violenta de la opinión pública, la viralización de teorías conspirativas, los intercambios agresivos, el ascenso de figuras políticas que se alimentan del humor de las redes. Y, para comprender estos fenómenos, se inscribe el análisis en la larga historia del individualismo moderno.

Aquí la tesis es la siguiente: en los últimos años convergen dos tendencias. Por un lado, la disolución del capitalismo de pleno empleo y la seguridad social, lo que arroja a los individuos a un mercado de trabajo cada vez más precario y promueve la pobreza, la desigualdad y la humillación social. Por otro lado, de la mano de los smartphones, internet y las redes sociales, los individuos están equipados con tecnologías que les dan acceso inmediato a la información y a los bienes culturales, les confieren una sensación de falsa autonomía y soberanía, y les permiten entregarse a la exhibición pública de sí mismos y de sus propias opiniones. La expresividad es la nueva pasión contemporánea, y las redes son tecnologías que dan impulso a la sensación de centralidad del individuo.

De la convergencia de estos dos procesos emerge un terreno sumamente implosivo. Sadin analiza en La era del individuo tirano la dinámica de varios fenómenos de la web que orientan el proceso social en una dirección de atomización, esferización o monadización: las redes sociales (cada una con su dinámica específica de funcionamiento), los portales de citas, los sitios de experiencias en los que las opiniones de los clientes promueven la sensación de una «democracia del juicio», la proliferación de selfies, memes y fake news, etc., etc.

En todos estos dispositivos y tecnologías, asistimos al predominio de la propia autoridad, que se impone como norma de conducta. El efecto de este predominio del narcisismo y de la tiranía de la expresión de la opinión individual es el desmoronamiento del mundo común y el advenimiento de particularismos autoritarios y antagonismos irreconciliables, subjetividades revanchistas que reclaman una voluntad de resarcimiento y que están cada vez menos dispuestas a «hacer sociedad».

En síntesis: a la vez que se consuma el fracaso de la economía liberal y de sus instituciones políticas, se dota a los individuos de los medios técnicos para expresar todas sus frustraciones. El testimonio de la disconformidad, la manifestación de la ira y la denuncia son algunos de los síntomas de la fractura de la sociedad que diagnostica Sadin.

Sadin en Caja Negra

Éric Sadin es un autor que a través de los años ha conseguido elaborar una investigación y una teoría sólida que ha ido hilvanando libro tras libro. Por eso en Caja Negra se han publicado varios de sus títulos como una apuesta a seguir dando a conocer la obra de este pensador francés. En el marco de la colección Futuros Próximos, dedicada al ensayo contemporáneo, muchos textos y autorxs allí incluidos se encargan de abordar cuestiones relacionadas con la evolución tecnológica en nuestro presente, la transformación de la cultura digital, sus impactos en el mundo del trabajo y en el consumo, así como los efectos de las nuevas tecnologías, los algoritmos o la inteligencia artificial sobre mutación de la subjetividad y el rediseño del sujeto.

Los libros de Éric Sadin dialogan con otros del catálogo de Caja Negra en un rango amplio: se cruza con el estudio que hace Nick Srnicek de la economía digital en Capitalismo de plataformas, en el que las plataformas se presentan como el aparato de extracción de la materia prima del siglo XXI (los datos); así como también teje vínculos con el rastreo que hace Franco Bifo Berardi del impacto que tuvo la transición tecnológica hacia el entorno digital sobre la subjetividad en libros como Fenomenología del fin o Futurabilidad. Pero, además, incluso dialoga con Boris Groys en Volverse público, libro en el que el autor se enfoca en la transformación del campo del arte con la difusión de Internet como plataforma de distribución y producción artística.

De igual modo pueden establecerse puentes entre los ensayos de Sadin y novelas de la colección de ficción Efectos Colaterales. Por ejemplo, Detalle infinito, de Tim Maughan, plantea un relato que se desarrolla a partir del colapso de Internet luego de un ataque ciberterrorista; y El reemplazante, de Alexandre Laumonier, hace un recorrido por la historia de la automatización financiera narrada nada más ni nada menos que por un algoritmo.

Todos estos libros, y muchos otros del catálogo de Caja Negra, buscan repensar la sociedad y la política para disputar las ideas del futuro que hoy parecen estar regidas únicamente por el código capitalista y la lógica de la acumulación privada. Sadin nos llama proteger la imprevisibilidad del comportamiento humano, a salvaguardar nuestra capacidad de tomar decisiones y a recuperar la soberanía individual y colectiva.