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Evidencia y amabilidad

Panorama editorial: El Gato y la Caja

Por Ezequiel Figueredo / Lunes 16 de setiembre de 2024

Con la premisa de «Entender el mundo, darle forma», el equipo editorial de El Gato y la Caja estará en Escaramuza el próximo jueves. En esta entrevista previa, conversamos sobre una comunidad en torno a la ciencia y el diseño que no le teme a los asuntos complejos de la contemporaneidad.

Comunicar asuntos complejos de manera accesible, y atractiva, no es de las tareas más fáciles. Desde hace algunos años, El Gato y la Caja, una comunidad argentina con varios frentes de acción, se ha especializado en esa tarea urgente. Los tiempos de posverdad lo ameritan. Conversamos sobre el proyecto editorial que llevan adelante y las sinergias entre sus diversos canales de comunicación. 

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¿Por qué surge El Gato y la Caja? ¿Cuál fue la necesidad frente a la cual proyectaron este espacio?

Gato surge más como una idea que como una necesidad. Con esto queremos decir: no surge de forma reactiva, porque estuviera faltando algo en el mundo, sino con la intuición de que Gato podía sumar a partir de unir ciencia y diseño. Empezó siendo un cuenta de Twitter (bajo impacto, baja responsabilidad), pero muy rápidamente se armó una comunidad alrededor. Fue esa comunidad la que, a lo largo de los años, nos fue indicando dónde estaban las necesidades: primero, la de una comunicación de ciencia ágil e irreverente pero no por eso menos rigurosa. Después, la de una ciencia que tirara abajo las barreras, saliera del laboratorio y empezara a tejer lazos con otras disciplinas: las llamadas ciencias blandas, la literatura, etc. Y por último, casi  como un devenir inevitable, nos encontramos con la idea de complejidad. No nos gusta que  la respuesta a una pregunta difícil sea «es más complejo». ¿Ah, sí? ¿Es más complejo? Bueno, vamos a nadar en ese mar de complejidad. Porque entender el mundo deja de ser suficiente cuando te das cuenta de que ese mundo necesita cambiar, y que vos podés ser parte del proceso que le dé forma.


¿Qué lugar ocupa lo editorial en el proyecto en general? ¿Por qué?

Los libros son un gran vehículo para empezar conversaciones profundas y complejas, con las ventajas que propone el formato: la posibilidad de argumentar en la extensión necesaria, sin plegarnos a las demandas de inmediatez de las redes, y el pacto de lectura que se establece con quien lee, a quien se le pide atención, un bien tan preciado y escaso en estos tiempos. Los libros permiten también una interacción entre diferentes lenguajes, el escrito y el visual, que generan una sinergia muy interesante y generosa. Por eso es uno de los canales que elegimos para comunicar, y nos ocupa mucho la cabeza, los corazones y el tiempo, pero la recompensa es grande. Por supuesto, también usamos otros canales, con sus propias ventajas, como las redes sociales, las experiencias digitales o los podcasts, que llegan a otro público y tienen otra dinámica de consumo que los libros.


¿Cuáles son los ejes del catálogo editorial? ¿Qué libros de la editorial han tenido una recepción que no esperaban?

Nuestro catálogo trabaja desde la perspectiva de la ciencia y el diseño en un arco de temas que nos parecen relevantes para pensar el mundo contemporáneo. Abordamos las conversaciones con complejidad y desde una diversidad de géneros que nos permiten explorar diferentes aristas de un mismo problema, como la crónica, el ensayo, el libro informativo, y la ciencia ficción. Como ejes temáticos, nos interesa la exploración de la conciencia, la transición energética y productiva, el diseño de futuros, la salud y las políticas públicas, entre otros. 

Sobre la recepción de nuestros libros, no creemos que alguno haya tenido una recepción inesperada, porque realmente le ponemos mucha cabeza a pensar nuestros lanzamientos, que son pocos por año y muy pensados, pero sí hay títulos que han tenido una recepción excelente y no deja de alegrarnos. Son libros que en algunos casos ya tienen muchos años y seguimos reimprimiendo, es decir, que sus propuestas siguen vigentes y cada vez más personas acceden a ellas. Este fenómeno de recepción se da a través de los diferentes géneros de nuestro catálogo: pasa con libros informativos como Un libro sobre drogas; con nuestro libro de salud mental, Las olas; con nuestro primer libro de crónicas, Las ceremonias; con el ensayo sobre posverdad Pensar con otros; y, más recientemente, con nuestra colección de ciencia ficción, Espacio Negativo.


¿Cómo ha sido transitar tiempos de fake news y posverdad con un proyecto editorial que se afirma en la orilla opuesta de estos fenómenos?

Para ser optimistas, vivimos tiempos interesantes. Pero muy demandantes. Supimos leer bien la época ya en 2018, cuando editamos Pensar con otros. Una guía de supervivencia en tiempos de posverdad, de Guadalupe Nogués. En ese momento, «posverdad» fue la palabra del año. Y con otros ropajes no muy diferentes, lo sigue siendo. En el medio fue la pandemia, y la necesidad por poner blanco sobre negro, informando con parsimonia, fue enorme. No solo desde lo editorial, sino atravesando todo el proyecto, buscamos comunicar con evidencia y amabilidad, dos gemas raras en estos tiempos. De todos modos, muchos de nuestros proyectos editoriales están orientados a desarmar ciertas ideas que hay sobre tal o cual fenómeno. No se nos ocurre un mejor modo de abordar el problema de la IA si no es a través de las múltiples caras que desnuda OK, Pandora, o de hablar de consumo de drogas sin el breve pero necesario relevamiento de experiencias que encontramos en Las Ceremonias. Publicar es poner un discurso en la arena de la disputa pública. Y todo lo que publicamos creemos que tiene un valor en ese sentido. Es una dimensión política, si se quiere, del acto de publicar.


Se definen como creadores de contenidos. ¿Qué uso hacen de redes y cómo dirían que se llevan las redes con los libros en sí?

Las redes son un canal masivo con sus propios códigos, con las ventajas y limitaciones que eso implica. Como sociedad, vivimos compitiendo por la atención de las personas a través de diferentes productos culturales. En nuestro caso, entendemos bien qué pedirle y qué ofrecerle a un usuario que está leyendo un carrusel de Instagram frente a un lector que está leyendo un libro largo. Son casos de uso distintos, y bien diseñados, pueden entrar en sinergia. Idealmente, las redes sociales pueden ser una puerta de entrada a una lectura que naturalmente es más demandante, como en el caso de un libro.

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Este jueves 19 de setiembre a las 21:00, El Gato y la Caja presenta su propuesta editorial en un diálogo abierto con parte de su equipo en el patio de Escaramuza. Más información acá.

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