audiovisual

Nuestra admirada Irina Raffo estrena columna sobre cuestiones ligadas a la imagen audiovisual. Y para seguir en los estrenos, se detiene en Bosco, hermoso largometraje de la cineasta Alicia Cano, que está en salas estos días. Con suma delicadeza, Irina analiza la poética de una película sumamente táctil con «un tono de fábula fantástica en el que la naturaleza tiene su lógica secreta».

Compartimos un fragmento del Ningún lugar adonde ir, de Jonas Mekas (Caja Negra, 2014), el diario del largo exilio que emprendió en 1944 tras huir de su pequeño pueblo en Lituania por razones políticas. Un extenso viaje involuntario que incluye campos de trabajo forzado, campos de refugiados, desplazamientos obligados con destino incierto y su desembarco en Nueva York, donde inició su actividad cinematográfica.